
Según el estudio mundial de Nielsen, la mitad de los consumidores mundiales prescindiría del “empaquetado de conveniencia” para proteger el medio ambiente, pero les gusta menos privarse del empaquetado higiénico y de protección.
La cultura, el estilo de vida y los hábitos de compra condicionan las preferencias de empaquetado en cada país. Según el estudio sobre el empaquetado de alimentos realizado por Nielsen a escala mundial, casi dos de cada tres consumidores en el mundo prescindirían de todo tipo de empaquetado proporcionado con fines de conveniencia si así beneficiasen el medio ambiente.
Entre los empaquetados de conveniencia que los consumidores consideran prescindible se incluye el diseñado para apilar y almacenar fácilmente en casa (49 %); el que se puede utilizar para preparar los alimentos o como recipiente reutilizable (48 %); y el diseñado para transportarlo con facilidad (47 %).
En el extremo opuesto, la encuesta de Nielsen revela que los consumidores están mucho menos dispuestos a renunciar al empaquetado diseñado para conservar los productos limpios y sin que nadie los haya tocado (27 %); al destinado a conservar los productos en buenas condiciones (30 %); a la información en el paquete en forma de etiquetado, como las instrucciones de preparación y de empleo de los alimentos (33 %); y al empaquetado que conserva los productos para que duren más o permanezcan más frescos (34 %).
En cualquier caso, la conciencia ecológica resulta claramente establecida entre los consumidores: sólo uno de cada diez consumidores de todo el mundo no se muestra dispuesto a prescindir de ningún aspecto del empaquetado a favor del medio ambiente.
“La encuesta muestra que las opiniones de los consumidores sobre el empaquetado de los alimentos reflejan numerosos factores regionales y de estilo de vida, algo que deben de tener muy en cuenta los fabricantes de productos de gran consumo”, afirma Patrick Dodd, presidente de The Nielsen Company en Europa.
España, ecológicos pero cómodos
Los consumidores españoles participantes en el estudio mundial de Nielsen muestran también conciencia ecológica a la hora de prescindir de algunos aspectos del empaquetado si ello beneficia al medio ambiente, con porcentajes similares a las medias globales. Así, el 55% de los españoles consultados renunciaría a los embalajes diseñados para transportar los productos con facilidad; el 52% a los preparados para apilar y almacenar fácilmente en casa; y un 45% a los que se pueden utilizar para preparar los alimentos o como recipientes reutilizables.
Los porcentajes descienden notablemente en los otros aspectos de los embalajes: sólo un 32% de los consumidores españoles renunciaría al empaquetado que conserva los productos para que duren más o permanezcan más frescos; el 25%, a la información etiquetada, como las instrucciones de preparación y de empleo de los alimentos; y el 23% al destinado a conservar los productos en buenas condiciones, limpios y sin que nadie los haya tocado. Uno de cada diez españoles, el 11% del total, no está dispuesto a renunciar a ninguna de estas características del empaquetado por el medio ambiente.
La comodidad, facilidad de transporte y almacenamiento
En general, los europeos y los norteamericanos coinciden en los tipos de empaquetado a los que renunciarían para ayudar al medio ambiente. Cerca del 60% de los europeos y norteamericanos prescindiría del empaquetado diseñado para apilar y almacenar en casa, y un 55% también afirma estar dispuesto a prescindir de paquetes en los que se puede preparar los alimentos o que se pueden conservar en casa como recipiente reutilizable.
En cambio, el 42% de los asiáticos afirmó estar dispuesto a prescindir del empaquetado de almacenamiento apilado y sólo el 39% estaría dispuesto a prescindir del empaquetado fácil de transportar. “Los hogares asiáticos tienden a ser más pequeños y a tener una capacidad de almacenamiento limitada, por lo que las opciones de almacenamiento apilado son más prácticas y atractivas”, señala Dodd. “El estilo de vida en Asia también determina que los asiáticos sean los que menos prescindirían del empaquetado de conveniencia en el que se puede preparar la comida o que se puede conservar y reutilizar en casa como recipiente, así como el empaquetado fácil de transportar.”
Más del 70 % de los consumidores finlandeses, irlandeses, noruegos y neozelandeses dijo que estaría dispuesto a prescindir del empaquetado de almacenamiento apilado, y más del 65 % de los consumidores irlandeses, checos y neocelandeses dijo que renunciaría al empaquetado de conveniencia a favor del medio ambiente.
Nueva Zelanda aparece como la nación con más disposición para prescindir de todo tipo de empaquetado por el medio ambiente, reflejando el alto nivel de “conciencia ecológica” entre los consumidores de aquel país, que se muestra en la venta de bolsas reciclables en los supermercados o la recogida semanal de basura reciclable establecida por las autoridades locales en la mayoría de las ciudades.
“Los consumidores asiáticos dan mucha importancia a los alimentos frescos y van frecuentemente a comprar a los mercados, por lo que no suelen comprar productos con empaquetados diseñados para prolongar la duración o conservar los alimentos”, observa Dodd. El 90 % de los compradores asiáticos que vive en ciudades compra la comida fresca en mercados, y hacen la compra hasta diez veces al mes en tiendas de ultramarinos tradicionales. En Europa, los compradores finlandeses visitan los supermercados, hipermercados u otras tiendas una media de apenas seis veces al mes; y los franceses, portugueses, belgas y suecos van ocho veces al mes, según los estudios de Nielsen.
En América Latina, la región del mundo con más conciencia sobre el cambio climático, según el barómetro de conciencia ecológica mundial de Nielsen, sus consumidores son los que más dispuestos se mostraron a prescindir de todo tipo de empaquetado si beneficia al medio ambiente. En este apartado están incluidos el empaquetado que alarga la duración de los productos, las etiquetas y la información para la preparación de los alimentos, así como el empaquetado que conserva los productos en buenas condiciones y el que tiene fines higiénicos al conservar los productos limpios y sin que nadie los pueda tocar.
En general, las dos características a las que los consumidores más se resistirían a renunciar son la “protección”, para conservar los productos en buenas condiciones; y las características higiénicas para conservar los productos limpios y sin que nadie los toque.
Los europeos (23 %) y los norteamericanos eran los que menos dispuestos estaban a prescindir del empaquetado higiénico y de protección de todo el mundo.
Los consumidores tailandeses (un 27 %) encabezaron las listas mundiales con respecto a la nación menos dispuesta a renunciar a algún aspecto del empaquetado a favor del medio ambiente, seguidos los japoneses (16%). Según los estudios packs@work de Nielsen en Asia, para los consumidores japoneses a estética es un factor importante en la elección de un producto.
“Entre los factores que más influyen en las preferencias de empaquetado en las diferentes culturas se incluyen el hecho de que los consumidores vayan a las tiendas en coche o en trasporte público, el tamaño de sus casas y, más concretamente, la capacidad de almacenamiento de sus cocinas. La comida tradicional y los hábitos de compra son también factores destacados en la elección del empaquetado”, dijo Dodd.
“A la vez que crece la preocupación y conciencia por el respeto al medio ambiente, los consumidores de todo el mundo reclaman a los fabricantes y distribuidores de productos de gran consumo cada vez más medidas de protección del medio ambiente. Actualmente puede que el empaquetado ecológico no sea prioritario para los compradores, pero está claro que importa cada vez más y el sector alimentario no puede pasar por alto”, afirmó Dodd. En la encuesta mundial sobre conciencia ecológica que realiza Nielsen dos veces al año, el porcentaje de consumidores que afirmaron estar “muy” concienciados sobre los deshechos asociados al empaquetado aumentó del 31% al 40% entre mayo y noviembre de 2007, y la preocupación por los deshechos asociados al empaquetado había aumentado más que ninguna otra cuestión ecológica, incluidas la preocupación por el cambio climático, la escasez de agua, la contaminación atmosférica y del agua y el empleo de pesticidas.
Según el sistema de investigación integral patentado de Nielsen, packs@work™, los minoristas y fabricantes del sector alimentario realizan continuamente esfuerzos por satisfacer la demanda de soluciones de empaquetado ecológico que minimicen el impacto medioambiental por parte de los consumidores. “En los mercados con más conciencia ecológica se exige cada vez más empaquetados que tengan un impacto medioambiental mínimo, aunque para la mayoría de los consumidores esto no implica necesariamente que estén dispuestos a pagar más. La mayoría de los consumidores quiere que el empaquetado añada un factor ecológico que les haga sentirse bien consigo mismos, minimizando el impacto medioambiental”, afirmó Patrick Dodd.
En países con una mayor conciencia ecológica, los estudios de Nielsen revelan que el consumidor prefiere un empaquetado reciclable, biodegradable y que se pueda desechar de forma segura, utilizando materiales como el papel, cartón y/o vidrio en vez del plástico o poliestireno. Por ejemplo, se considera que los envases de vidrio son higiénicos, inactivos, reciclables, a prueba de manipulación y pueden prolongar la duración del producto, además de ser atractivos y ofrecer pistas sobre la autenticidad, calidad y eficacia del producto. “Se empieza a notar cierta oposición a los plásticos no reciclables o cuya composición química pueda provocar la corrupción o degradación de la calidad del producto”, afirma Patrick Dodd.
Fuente: Nielsen.es
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